Título original: Goldfinger
Año: 1964
Duración: 110 min.
País: Reino Unido
Dirección: Guy Hamilton
Guión: Richard Maibaum, John Dehn
Con: Sean Connery, Gert Frobe, Honor Blackman, Cec Linder
Grado: A+
Reseña: Hugo C
Introducción
Con dos bourbons dobles en el cuerpo, James Bond estaba sentado en la sala de embarque del aeropuerto de Miami pensando acerca de la vida y la muerte.
Matar gente formaba parte de su profesión. Como eso nunca le había gustado, cuando tenía que matar a alguien, lo hacía lo mejor que sabía y luego lo olvidaba. Como agente secreto con el raro prefijo doble 0 —la licencia del Servicio Secreto para matar—, era su deber ser tan frío respecto a la muerte como un cirujano. Si sucedía, sucedía. La compasión era poco profesional; peor aún, era carcomerse el espíritu sin necesidad.
Y, no obstante, había habido algo curiosamente impresionante en la muerte del mexicano. Y no porque no mereciera morir […] pero cuando Bond lo mató, menos de veinticuatro horas antes, la vida había escapado de aquel cuerpo con tal rapidez, tan por completo, que Bond casi la había visto salir de su boca como sale, en forma de pájaro, en las pinturas haitianas primitivas.
¡Qué diferencia tan extraordinaria existía entre un cuerpo lleno de vida y un cuerpo vacío de ella! Ahora hay alguien, ahora no lo hay.
Al inicio de la novela 007 medita sobre la vida y la muerte. A lo largo de sus páginas Bond cavila, recuerda, anticipa. La película, en cambio, piensa menos y muestra más.
Tras el éxito de Dr. No (1962) y From Russia with Love (1963), Broccoli y Saltzman destinan la suma de 3 millones de dólares al presupuesto de una tercera película. Richard Maibaum repite como guionista e introduce algunos cambios en la trama que mejoran lo planteado en la novela. Tanto es así, que Goldfinger (1962) terminará por convertirse en el modelo a copiar durante los próximos 40 años de películas de James Bond.
El cambio más notable consiste en el crimen en sí. En la novela, Goldfinger y sus secuaces planean entrar en el depósito de oro de Fort Knox y llevarse el metal en camiones, mientras que en la película, el plan es hacer explotar una bomba que contamine el oro con radiación, lo que multiplicará por 10 el valor de las reservas que Goldfinger ya posee.
Algunas otras diferencias:
- En la novela, Auric Goldfinger es un agente al servicio de SMERSH. En la película, trabaja para SPECTRE.
- En la novela, Bond mata a Goldfinger estrangulándolo con sus manos. En la película, Goldfinger es arrojado al vacío a causa de la despresurización de la cabina del avión.
- En la novela, Oddjob muere despresurizado, como lo hará Goldfinger en la película. En ésta, el coreano muere electrocutado.
- En la novela, James Bond es contratado por Goldfinger como secretario. En la película, Goldfinger lo mantiene con vida para no despertar las sospechas de Leiter y los agentes del FBI, quienes lo mantienen bajo estricta vigilancia.
- En la novela, 007 tiene su primer encuentro con Goldfinger de forma totalmente casual: un millonario lo contrata para que descubra cómo es que otro huésped del hotel lo está desplumando en el juego de naipes. El huésped resulta ser… Goldfinger. En la película, el MI6 le asigna a Bond la misión de investigar a Goldfinger en relación con una fuga de divisas.
- En la novela, Goldfinger ata a Bond a una sierra circular; para la película, Maibaum termina reemplazándola por un rayo láser ya que lo de la sierra ya estaba demasiado visto.
Goldfinger se estrena en enero de 1965. En Latinoamérica se la conocerá por su título original, en España será 007 contra Goldfinger, en Colombia y México, James Bond contra Goldfinger, y en Argentina… Dedos de oro. ¿Por qué, por Dios? Es cierto que le gusta el oro, pero no tanto como para recubrirse los dedos con metal. Ay, ay, ay. En primer lugar, Goldfinger es un apellido, y ni los nombres ni los apellidos se traducen. Robert Redford no es Roberto Vado Rojo, ni Bill Gates es Guillermito Portales. Y en todo caso, si, violando toda lógica, uno tradujese el nombre, sería "dedo de oro", uno, en singular. En fin.
Para el público en general, Goldfinger sería la película más reconocible de la serie de 007, con la chica bañada en oro, el Aston Martin trucado y el coreano que decapita a una estatua con su sombrero. Es la tercera película con Sean Connery en el papel protagónico y se nota que a estas alturas el rol le calza como un guante. El consenso es que Sean Connery es James Bond, y, paradójicamente, esto es lo que eventualmente será el motivo principal por el que terminará abandonando el papel. Pero no nos anticipemos…
007 contra Goldfinger, o Por el oro baila el moro
A más de medio siglo de su estreno, la historia es más que conocida: un agente de SPECTRE llamado Auric Goldfinger (Gert Fröbe) lleva a cabo un plan para destruir las reservas de oro de los Estados Unidos.
Hasta ahora EON nos había traído dos películas aceptables pero más cercanas a lo detectivesco o al espionaje más tradicional. Con Goldfinger la serie establece su identidad y redondea una matriz a la que se ceñirá durante los próximos 40 años:
- Cañón. Una sucesión de círculos blancos se convierte en un único círculo, y vemos a James Bond girar sobre sí mismo y disparar hacia el espectador. La pantalla se tiñe de rojo.
- Secuencia pre-créditos. Antes de los títulos, vemos a Bond en acción, por lo general de manera espectacular y, salvo excepciones, sin mayor relación con la historia principal: Bond vuela las instalaciones de un traficante de marihuana y trascartón se defiende de un asesino y lo mata.
- Créditos. La acción funde a una secuencia de títulos con armas de fuego y mujeres en poses sugestivas acompañada por el tema musical de la película, interpretado por un intérprete del momento: en este caso, Shirley Bassey.
- Introducción al villano de turno. Bond descubre que Goldfinger hace trampa con los naipes y le arruina la jugada.
- Reunión informativa. En la sede del MI6, Bond flirtea brevemente con Moneypenny (Lois Maxwell) y a continuación M (Bernard Lee) lo pone al tanto de los pormenores de la misión.
- Gadgets. Bond pasa por la sección científica, donde Bond intercambia agudezas con Q (Desmond Llewelyn), quien lo provee de al menos un artilugio, en este caso, el más famoso de la serie: un Aston Martin DB5 con modificaciones: placas rotativas, protección antibalas, rompeneumáticos, paragolpes reforzados, cortina de humo, aceite, ametralladoras, localizador, y asiento expulsable. En esta ocasión, el villano también tiene sus gadgets: el Rolls-Royce que en realidad está hecho de oro y el sombrero con borde metálico de Oddjob.
- Confrontación "amistosa". Primer encuentro "oficial" con el villano, en teritorio neutral y por lo general en relación con algún deporte o juego de azar: Bond juega una partida de golf contra Goldfinger, y a pesar de sus trampas, lo derrota.
- Desplazamiento por lugares exóticos y no tanto. A lo largo de la película Bond va de Miami a Londres, de Londres a los Alpes, de los Alpes a Kentucky, de Kentucky a una isla en algún lugar del Atlántico.
- Escenas con vehículos, persecuciones, etc. En especial, la secuencia en la sede de Auric Enterprises en Suiza. Bond hace uso de la cortina de humo, la protección antibalas y el asiento expulsor, pero termina destrozando el auto. Sin embargo, el Aston Martin DB5 regresaría en Thunderball (1965), Casino Royale (2006) y Skyfall (2012).
- Humor socarrón. Por lo general a cargo de Bond, ya desde el principio, cuando comenta, tras la electrocución de un asesino en la bañera:
- Chocante. Decididamente chocante.
Aunque Goldfinger tiene los mejores diálogos de la película, por ejemplo:
- Escoja su próxima agudeza con cuidado, Sr. Bond. Podría ser la última.
Y el diálogo que todos recuerdan, con Bond atado a una mesa con un láser acercándose a sus partes pudendas:
- ¿Espera que yo hable?
- No, Sr. Bond. ¡Espero que se muera!
- Un plan ambicioso. Goldfinger no planea robarse un tren blindado o asaltar un banco, sino contaminar las reservas de oro de los Estados Unidos por los próximos 57 o 58 años.
- Enfrentados pero bien educados. Una escena en la que Bond discute calmadamente el plan con el villano, como si se tratase de un partido de fútbol o una obra de teatro, por lo común ante un plato de comida o un vaso de buen vino. En este caso, comparten una bebida de menta:
- Me decepciona, Goldfinger. Le tomaría 12 días, usando 60 hombres, cargar el oro en 200 camiones.
- ¿Quién dijo algo sobre llevarse el oro?
- Chicas Bond. En esta ocasión, tenemos a las hermanas Masterson (Shirley Eaton y Tania Mallet) y a Pussy Galore (Honor Blackman). Las primeras terminan bajo tierra y la última bajo un paracaídas con Bond.
- Amigos y aliados. Regresa Felix Leiter, el amigo estadounidense de 007. Esta vez, más gordo, más viejo y con menos pelo, ya que no se trata del mismo actor. En Goldfinger, Leiter es interpretado por el canadiense Cec Linder, que, a pesar de ser un año más joven que su predecesor, aparenta al menos cinco años más.
- Daño colateral. Jill Masterson, sofocada a causa de la pintura dorada; Tilly Masterson, con el cuello cortado por el sombrero de Oddjob.
- El dragón o ejecutor. El ya mencionado Oddjob (Harold Sakata), experto en karate y en lanzamiento de sombrero.
- Falso final. Oddjob muere, el ejército derrota a las fuerzas de Goldfinger y Bond evita que la cabeza nuclear explote… pero el villano escapa.
- Coda. Confrontación final entre Bond y Goldfinger a bordo del Air Force One. No termina bien para Goldfinger.
- Final con la chica de turno. En una islita en medio del Atlántico, bajo un paracaídas, para variar un poco, ya que en Dr. No (1962) Bond y Honey terminaban a bordo de un bote y en From Russia with Love (1963) la escena final nos mostraba a Bond y Tanya en una góndola.
- Machismo. Bond no sólo es extremadamente condescendiente con Dink (Margaret Nolan) sino que la trata como a un trozo de carne. Más adelante, con sólo unos besos bien dados convence a Pussy Galore de cambiar de bando. (En más de un sentido, ya que además la "cura" de su lesbianismo. Es 1964, gente.)
Y así tenemos una fórmula previsible que se irá repitiendo, con variaciones y desviaciones, hasta Die Another Day (2002) inclusive. Esto por un lado es bueno, ya que la raíz del juego es la iteración, la repetición de lo conocido. Vemos una película de 007 y de entrada ya sabemos lo que vamos a ver, y ya sabemos que Bond no va a morir ni perder un ojo, o un brazo. Lo malo es que le resta gran parte del suspenso al asunto y la película termina dependiendo de sus gadgets y/o sus secuencias de acción, por eso recordamos el salto en esquí o el Lotus submarino de The Spy Who Loved Me (1977), el parkour de Casino Royale (2006) o la persecución en lancha de Live and Let Die (1973), pero no los detalles argumentales de la película. Luego de ver una película de James Bond, recordamos lo que vimos, y no lo que entendimos.
Trivia y comentarios adicionales
Al ser ésta la película más importante de la serie, se merece un poco más de información de la habitual. Un bonus track, o, como decimos los rioplatenses, la yapa.
Antes de tomar parte en Goldfinger, Honor Blackman había interpretado a Cathy Gale en The Avengers, la serie británica con Patrick Macnee en la que haría su debut Diana Rigg. Tanto Rigg como Macnee eventualmente participarían en las películas de 007, Rigg en On Her Majesty’s Secret Service (1969) y Macnee en A View to a Kill (1985).
Gert Fröbe no habla con su voz sino que fue doblado por otro actor, como lo fueran Ursula Andress y Daniela Bianchi en las películas anteriores. Para mantener la fluidez, Fröbe recitó la mayor parte de sus diálogos en alemán, y sólo unas pocas frases en inglés.
La producción no consiguió autorización para fotografiar el interior de Fort Knox, de modo que Ken Adam tuvo que basarse en su imaginación para los decorados, que resultaron tan acertados que las autoridades le enviaron una carta de felicitación.
En estas primeras películas, quien dispara a cámara en la secuencia del cañón no es Sean Connery, sino su doble de riesgo, Bob Simmons. Asimismo, la chica dorada que aparece en la secuencia de créditos en Goldfinger no es Shirley Eaton (Jill) sino Margaret Nolan (Dink).
Con una inversión de 3 millones de dólares y una taquilla de 175, Goldfinger resultó, efectivamente, una mina de oro. Fleming había muerto en agosto, pero no sin haber dejado una buena cantidad de novelas e historias, especialmente tres que llamaron la atención de los productores: Thunderball (1961), On Her Majesty's Secret Service (1963) y You Only Live Twice (1964), más conocidas como la "Trilogía Blofeld".
Próximamente: Operación Trueno, o Bond a contrarreloj.
En el blog:
- Dr. No (1962)
- From Russia with Love (1963)
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