Desarrolladora: Blizzard Entertainment
Año: 1998
Reseña: Nexus
Correctora: Gunnr07
Les hablaré desde lo más profundo de mi corazón... Érase hace mucho tiempo, en un pueblo muy lejano, cuando aún no existían ni los discos compactos, en donde vi por primera vez algo que me voló el cerebro, a mi corta edad de 5 años, era Star Wars: El Imperio Contraataca, ver esos dromedarios blindados.
Esa estética sucia, en medio de un Space Opera (algo que la saga Alien heredó), se me grabó a fuego en la retina y fue muy impactante para mi corta edad. Algo que permanece en el subconsciente popular de los amantes del género fantástico y de la cultura en general, para toda una generación, a partir del momento en que se estrenó en el cine. Y es un fenómeno que no tiene fin, dado que sigue impactando y fascinado a las nuevas generaciones e incluso continúe, porque es un universo infinito.
La influencia en estética de las unidades bélicas de Star Wars en otras franquicias es inmensa. Sus unidades mech o mechas como se las conoce, se vieron en diferentes franquicias, con diseños que conservan esa esencia estética.
Pasaron los años y, cada vez más, mi fascinación por lo fantástico crecía. Fue en 1984, cuando vi La Historia sin fin, algo que marcó mi infancia definitivamente. Tiempo después leí el libro y quedé mucho más fascinado, porque la película a la que le guardo mucho cariño y me sigue gustando, cuenta poco en comparación a toda la trama que está en el libro.
Y así seguía la vida de los niños de mi generación. Entré al cole y eso significó; los maravillosos Arcades, de lo que hablaré en otro momento; las tardes pedaleando con los chicos; leyendo cómics; viendo dibujos animados de ciencia ficción y fantasía; y, esquivando a los abusones que nunca faltaban por allí.
Luego, la época en la que jugué Double Dragon en una PC antigua, Golden Axe y Streets Of Rage en los arcades y en la consola Sega Genesis, entre otros. TODO esto hizo que mi fascinación por la temática del género fantástico creciera mucho más.
Y cuando ya pensaba haber dejado todo el frikismo en mi adolescencia, debido a las chicas guapas que veía por todos lados, me di cuenta, de un momento a otro, allá por el año 1998 que todas las cabinas y salas de videojuegos de mi ciudad, estaban abarrotadas de gente por un videojuego en específico. Era un fenómeno que no conocía hasta que lo probé y mi fanatismo por ese videojuego no cesó nunca, estoy hablando de StarCraft Brood War.
Al jugarlo por primera vez, fue tanta la inmersión que mi mente ya me hacía meterme, imaginariamente, en la armadura de un marine terran, luchando para sobrevivir a una infestación alienígena y a una tirana dictadura llamada la confederación.
A pesar de no ser un juego en tercera ni primera persona, era inevitable vivir tal experiencia como si fuese yo a veces un comandante terran al mando de la confederación o de la facción rebelde. Y, en las misiones, un teniente o un marine novato e incluso, hasta ser el mismísimo JIM RAYNOR.
Esta estética sucia que me recuerda tanto a la saga Aliens y a Star Wars, tanto en la estética bélica como en el factor space opera, fue algo que me marcó y caló mucho en 1998.
Conocer a Jim Raynor fue genial, su idealismo de ese entonces, que luego lo perdería tras la gran traición, fue sobrecogedor, algo que lo mantuvo con sentimientos de culpa por años.
James "Jim" Raynor fue mariscal terran de Mar Sara, quién se convirtió en una de las figuras principales en el sector Koprulu a través de su trabajo para reducir la Confederación y, más tarde, en la lucha contra el sucesor de la Confederación, el Dominio.
Raynor es uno de los pocos terran para participar en una alianza a largo plazo con los protoss.
Los deseos de poder de Mengsk, así como su creciente falta de escrúpulos, pronto comenzaron a incomodar a Raynor. Actos como, la traición de Sarah Kerrigan y la despiadada manipulación de los zerg para atacar mundos Confederados, convencieron a Raynor de que Mengsk no era mejor que los opresores que buscaba derrocar. Raynor dirigió una revuelta entre las filas de los Hijos de Korhal y tomó el Hiperión, la nave insignia de Mengsk, así como una pequeña flota de naves. Al intentar rescatar a Kerrigan en Char, el planeta zerg, Raynor se encontró con un grupo de protoss y se ganó el respeto del valeroso Ejecutor Tassadar. Gracias a su sincera honestidad le fue posible forjar un vínculo entre Tassadar y el templario oscuro Zeratul.
“Puede que no sea mañana querida y quizá no suceda con la ayuda de un ejército. Pero te aseguro que yo soy el hombre que va a matarte un día. Nos estamos viendo.” (Jim Raynor tras la muerte de Fénix a manos de Kerrigan).
Starcraft Brood War es considerado por muchos, como el mejor juego de estrategia en tiempo real, en este caso de ciencia ficción bélica. Es un estupendo videojuego que mezcla la ópera espacial dentro de una estrategia en tiempo real, con tres facciones muy bien diferenciadas y características propias inconfundibles, dotado de un equilibrio y balance únicos en su género.
Solo mencionar este juego y a sus razas, héroes, villanos, tramas e historias me llena de emoción.
Empecé a viajar por mundos inhóspitos y decadentes, misteriosos sistemas planetarios en naves cruceros de batalla. Todo era muy vívido para un friki como yo, solo salía a la calle para comprar suministros de comida y bebida los fines de semana.
El motor gráfico para ser antiguo es bastante aceptable; el sonido, los gráficos una evolución; la campaña, genial; es una variada innovación de detalles de todo tipos. Y con la versión remasterizada aún mejor, para todo amante del 2D y de la estrategia en los videojuegos, este juego fue la revolución jamás igualada en el RTS, y mucho menos, superada, la inmersión en la campaña. La cual es tremenda, hacía que me sintiera dentro del mismo juego, en plena misión, explorando y combatiendo lugares inhóspitos, en yermos desamparados y tierras áridas, planetas volcánicos y azulados crepusculares. Saber que de mi lógica, estrategia bélica, diplomática y táctica dependiendo de mí facción humana o alienígena, era algo que no se podía encontrar en otro juego que no sea de este género.
Empiezas la campaña con un conflicto interplanetario, con una malvada confederación tirana y unos rebeldes llamados los hijos de coral, liderados por Arcturus Mengsk ¡Qué genialidad de juego! Después de unos capítulos o misiones te implicabas en un conflicto en el cual unos alienígenas insectoides raptan al mando de su líder, la llamada SUPERMENTE, a una de tus mejores agentes terran, a la mítica Sarah Kerrigan, antes de ser la REINA DE ESPADAS, KERRIGAN.
Y todo dentro de una mezcla entre devoción, traición, afecto, amor, deshonor y sed de venganza.
Jim Raynor era muy allegado a ella. Eso y la muerte de la total población del planeta Tarsonis, terminan por derrumbar su respeto y admiración por Arcturus Mengsk, a quién admiraba por su visión revolucionaria ante la tiranía de la dictadura confederada.
Los zerg tenían planes para Sarah Kerrigan, pero ni ellos sabían en qué estaban a punto de convertirla.
Es aquí donde empieza el universo mágico que es Starcraft, con diálogos y escenas cinemáticas dignas de películas y libros de ciencia ficción bélica, especialmente con mucha inspiración en la estética de Aliens, una maravilla de película.
Y con elementos como las armaduras de los marines espaciales de Warhammer 40.000 y de la infantería móvil del libro Starship Troopers.
Las campañas tienen tramas dignas de sagas de ciencia ficción bélica, como Star Wars y La Herejía de Horus de Warhammer 40.000, a sabiendas de que hay pocas sagas de este tipo en formato audiovisual televisivo y cinematográficos, salvo Star Wars.
Pese a que el sistema de combate son solo tres razas, estamos hablando de un juego bastante complejo en táctica y jugabilidad estratégica. Cada facción tiene características que las hacen especiales sin salir del balance perfecto del juego en general.
Si eres lento armando estrategias en tiempo real —y no por turnos—, y lento con el micromanejo, date por muerto. Especialmente, en las partidas entre jugadores sin inteligencia artificial.
Este juego cuenta con una acción frenética, sin pausas pero con una curva de aprendizaje a lo largo de sus 6 campañas, cada una con su respectiva raza y manera de jugarla.
En aquella época (1998, edad de oro de los videojuegos) era extremadamente raro ver un final donde "ganen los malos", con un sabor melancólico misterioso épico y nostálgico.
Toda una revolución para el género de la época. Con el tiempo y la perfección del balance entre razas, este juego se convirtió en el referente mundial de campeonatos online, como si de torneos de ajedrez se tratara.
Sus gráficos están desfasados, pero su jugabilidad sigue siendo la que era. Con su versión remasterizada, los amantes de este juego y del 2D, pueden disfrutar como siempre de este mítico juego, viendo los gráficos con una calidad preciosa en 2D.
Si te gusta leer, puedes encontrar muchos libros sobre este universo de ficción. Así, profundizas más en este universo, conociendo más las motivaciones y psicología de los personajes.
Pueden visitarme en mi canal de youtube donde tengo un video con una reseña audiovisual de este videojuego mítico y otros videos también reseñados sobre la temática friki y con ilustraciones que realizo sobre cada video.
Canal de youtube: NEXUS ART FANTASTIC
En el blog:
- Novela: Starcraft
- Starcraft: Ghost Academy
- Novela: Crónicas de futuro I: Lazos de sangre
- Warhammer 40.000: Fire and Honour
- Warhammer 40.000: Damnation Crusade
- Warhammer 40.000: Exterminatus
Publicar un comentario
Publicar un comentario